Todo tipo de gestión pretende ser estratégica, es decir, tener una visión de los objetivos y resultados a largo plazo, y trabajar para conseguirlos utilizando los recursos existentes. Sin embargo, pensar estratégicamente es una habilidad que la dirección necesita desarrollar. Es fácil que los nuevos directivos se vean atrapados en los problemas diarios de una empresa, lo que a menudo les lleva a descuidar su tarea a largo plazo.
La manera de garantizar que incluso los asuntos cotidianos se afronten de una forma estratégica es comprendiendo el proceso detrás de la gestión estratégica, desarrollando un enfoque empresarial y asegurando que el concepto se incorpora a cada decisión empresarial.
Enfoques tradicionales de la gestión estratégica
La gestión estratégica proporciona una dirección general a la empresa y comienza con el equipo ejecutivo definiendo una visión y un camino claros para el negocio. Una vez que se han establecido las metas y los objetivos a largo plazo, la dirección continúa con la mirada puesta en la asignación de los recursos existentes a tareas concretas que ayudarán a conseguir el objetivo principal.
Tener este tipo de misión a largo plazo es lo que permite a una empresa hacer movimientos estratégicos con sus recursos en lugar de simplemente tratar de llegar a fin de mes permaneciendo en el statu quo. Es una parte importante del plan de supervivencia de un negocio, especialmente en los mercados actuales donde las condiciones son muy volátiles.
Modelo de gestión estratégica
La gestión estratégica debe extenderse también a todos los departamentos de una empresa a fin de garantizar que los recursos se utilicen de manera inteligente. Operaciones es un departamento que necesita dividir su atención entre los problemas cotidianos y el enfoque estratégico, pero incluso allí los gerentes deben ser conscientes de lo que podrá venir en el futuro, y también necesitan prestar atención a los asuntos a una escala más amplia para sugerir mejoras y cambios que puedan ayudar a avanzar hacia un panorama más amplio.
Recursos humanos debe tomar la iniciativa en la gestión estratégica, ya que son los responsables de la contratación y el desarrollo de la fuerza de trabajo. Después otros jefes de departamento deben seguirles. Es mejor cuando el equipo de gestión puede trabajar en conjunto para dar prioridad a los proyectos y asuntos, y dedicar los recursos adecuados según sea necesario.
El proceso de gestión estratégica
Las teorías actuales enumeran entre cinco y siete pasos que son esenciales para desarrollar la plataforma de gestión estratégica de un negocio. El proceso es sencillo pero implica tener un pensamiento crítico y tomar decisiones en cada paso para ser eficaz.
Definir el estado actual
El primer paso para desarrollar una plataforma estratégica es entender dónde se encuentra la empresa actualmente. Esto debe incluir un análisis de los factores tanto internos (recuento de personal, situación operativa, financiación y capital, estados financieros, etc.) como externos (panorama del mercado, competidores, relaciones con los clientes, etc.) y debe plasmar ambos ámbitos para ofrecer una buena imagen de lo que existe actualmente y de los problemas o retos a los que se enfrenta la empresa en este momento.
Crear una visión
Este paso crea lo que se conoce como la visión de una empresa: una imagen o descripción de lo que la empresa debería ser en su mejor momento. La visión es un estado ideal que define hacia qué está trabajando la empresa y, por tanto, la dirección que debe tomarse con cambios futuros. A menudo es el negocio imaginado de tres a cinco años en el futuro de una forma positiva.
Normalmente puede incluir una declaración de objetivos que define el propósito de la empresa.
Valores y principios de estado
En este paso, la visión se desglosa y se amplía para crear un conjunto de indicaciones que explican cómo se puede lograr este estado ideal. Los valores y principios de la empresa se ponen en práctica para recordar a los compañeros de equipo los principios éticos fundamentales sobre los que trabaja la empresa. Esto enlazará con la declaración de objetivos del negocio y dará una base sobre la cual la empresa puede construir el camino hacia su visión.
Establecer los objetivos
Los objetivos son el primer paso para detallar exactamente cómo la empresa pretende hacer realidad la visión. Se trata de objetivos SMART (específicos, mensurables, alcanzables, relevantes, basados en el tiempo), que explican los detalles y los plazos que deberán cumplirse para lograr la visión a largo plazo. Los objetivos deben incluir lo que se medirá, lo que constituye el éxito y cómo cada objetivo ayudará a la empresa a alcanzar ese estado ideal a largo plazo.
Identificar los retos
Al observar el estado actual de la empresa, el estado ideal, la brecha entre ellos y los objetivos, los retos que el negocio puede estar afrontando son más claros. Los desafíos se interponen en el camino de los objetivos. Serán tanto internos (fuerza de trabajo limitada, conjuntos de habilidades inapropiadas, falta de financiación) como externos (alta competencia, mercados cambiantes, etc.), y deben ser evaluados por probabilidad y riesgo para ser priorizados adecuadamente.
Crear las estrategias
Este paso es crucial ya que es cuando la empresa evalúa los objetivos y retos, y determina las formas más adecuadas de moverse de un punto a otro en dirección a la visión. Este paso profundiza en la cuestión de cómo la empresa logrará sus objetivos y consiste en el conjunto de métodos disponibles para que la empresa trabaje en torno a los retos hasta cumplir sus objetivos.
Implementar y monitorizar
Ninguna estrategia funcionará sin una aplicación adecuada. La comunicación es esencial porque los compañeros de equipo necesitan entender la visión y los objetivos de la empresa para poder apoyarlos en todo momento. La dirección debe estar de acuerdo con respecto a la estrategia y cómo será desarrollada.
Asimismo, también se necesita una supervisión continua: a corto plazo, para corregir la dirección si las cosas pierden el rumbo y, a largo plazo, ya que los entornos pueden variar de manera que cambie la visión a largo plazo. Las mejores estrategias son las que evolucionan a lo largo del tiempo y año tras año para asegurar que en todo momento la empresa está mejorando continuamente hacia un estado ideal renovado.
Gestión estratégica y datos
Al avanzar en estos pasos es importante que el equipo de dirección ejecutiva disponga de datos adecuados y basados en hechos que le permitan tomar decisiones apropiadas sobre la visión, los objetivos y las estrategias.
Será necesario comprender las operaciones, necesidades y deseos diarios de la empresa, así como tener una imagen adecuada del panorama económico del mercado y de la situación financiera de la empresa. La visión debe ser un reto, pero también debe poder ser alcanzada para que cualquier plan estratégico funcione.
Implementación de la gestión estratégica
Entonces, ¿qué sucede después de construir una plataforma de gestión estratégica y poner en marcha la estrategia? Obviamente, el mundo real es más complicado que cualquier tipo de plan, por lo que la gestión estratégica también debe afrontar las estrategias de gestión de riesgos. Las empresas deben ser capaces de gestionar los riesgos para aumentar sus posibilidades de éxito y disminuir el potencial de pérdidas en caso de una situación inesperada, de trastorno o sorpresa.
Estas estrategias determinan lo que sucede cuando hay una alteración y cómo la empresa se ocupará de dicha alteración para que el negocio siga su curso habitual y la empresa siga su camino hacia el éxito. Estas estrategias de riesgo se pueden dividir en dos enfoques principales: proactivo y reactivo.
Estrategia de riesgo proactiva
Una estrategia de riesgo proactiva trabaja para evitar que estos trastornos ocurran desde un principio. Se centra en proporcionar salvaguardias para proteger el valor y los recursos de la empresa, reduciendo la probabilidad de que se produzcan determinadas situaciones, y la estrategia cuenta con herramientas para reducir la magnitud de dicha alteración. Implica ser capaz de adivinar los mayores retos y trastornos que la empresa podría afrontar y se centra en estar preparado.
La mayor ventaja de las estrategias de riesgo proactivas es su eficacia. Así como los métodos de prevención de incendios son preferibles a tener que luchar contra un fuego crepitante, la mitigación de riesgos proactiva es preferible a una empresa que trabaja en un constante estado de alteración. Las estrategias de riesgo proactivas son preferibles para la mayoría de las empresas.
Las principales desventajas de esta estrategia son dos. En primer lugar, el coste inicial de la mitigación de riesgo proactiva tanto en capital como en recursos debe estar justificado. En segundo lugar, la predicción nunca es 100% perfecta, por lo que las estrategias de riesgo proactivas no eliminan el riesgo por completo. Estas dos desventajas juntas pueden suponer que una empresa gaste dinero en mitigar de manera proactiva los riesgos de alteraciones que nunca ocurren. Sin embargo, la mayoría de las empresas están de acuerdo en que la gestión de riesgo proactiva vale la pena por los costes subyacentes.
Estrategias de riesgo reactivo
Las estrategias de riesgo reactivas son aquellas que esperan a que se produzcan alteraciones y luego reúnen sus recursos para mitigar y controlar la situación. Se centran en los incidentes del pasado e instalan medidas para evitar que ocurran cosas similares en el futuro, pero la mayor parte de la acción espera hasta que se produzca realmente una situación de trastorno.
La mayor ventaja de estas estrategias de riesgo es que requieren mucho menos tiempo, energía y recursos que un enfoque proactivo, y como la predicción nunca es perfecta, es mejor ahorrar recursos para alteraciones reales. La mayor desventaja de las estrategias de riesgo reactivas es que el daño a una empresa puede ser muy rápido, e incluso teniendo la respuesta más rápida posible, se pueden producir pérdidas reales.
El uso de ambas estrategias es perfecto
Estratégicamente, tiene más sentido que una empresa adopte ambas estrategias. Las estrategias de riesgo proactivas son las más efectivas y pueden prevenir el daño proveniente de una alteración inesperada. Estas deben ser parte de la gestión estratégica de una empresa. Vale la pena dedicar recursos a este tipo de plan de riesgo preventivo.
Dicho esto, también debe haber un plan para la gestión de riesgo reactiva, así como para aquellos momentos en los que se produzcan eventos impredecibles. Esto ayuda a equilibrar el enfoque de la gestión de riesgos. El hecho de poder cambiar rápidamente los recursos en un asunto inesperado también ayuda a minimizar la posibilidad de que se produzcan daños en caso de que haya una alteración imprevista en una empresa.
La importancia de la gestión de riesgos
La gestión de riesgos encaja fácilmente en el plan general de gestión estratégica de una empresa. Parte del proceso de gestión estratégica consiste en identificar los retos a los que se enfrenta una empresa que podrían impedirle alcanzar el estado ideal de la visión. Estos desafíos incluyen tanto los obstáculos conocidos como los desconocidos.
Los retos como la mano de obra, la financiación y el panorama del mercado pueden superarse con medidas estratégicas incorporadas a los objetivos establecidos en el plan inicial. Los desafíos que son desconocidos e impredecibles se convierten entonces en riesgos que deben ser gestionados por las estrategias de mitigación de riesgos de la empresa. Contar con estas estrategias ayuda a la empresa a seguir avanzando en la dirección correcta, incluso cuando las cosas no se desarrollan según lo previsto.
Puede ser muy fácil para los gerentes quedarse atrapados en el trabajo diario de una empresa y perder de vista el panorama general. Por eso es importante que los líderes se aseguren de que haya un plan estratégico en marcha y de que ese plan se comunique y sea comprendido por los empleados de la empresa. La gestión estratégica garantiza que todos los recursos de una empresa se dediquen a uno de los objetivos que ayudará a la empresa a cumplir su visión a largo plazo, lo que beneficia tanto a los empleados como a los directivos.
Si necesitas ayuda para realizar una planificación estratégica en tu empresa, no dudes en contactar con nosotros y pedir información sin compromiso.
Fuente: https://bizfluent.com/info-7923860-traditional-approaches-strategic-management.html